trenker

Expectativa y realidad universitaria

Este post tan doomer tiene una continuación esperanzadora. No te sientas mal, universitario. Mira esto.

Cuando empecé a estudiar en la universidad, no sabía exactamente qué esperar. Es tal vez un recuerdo borroso y distorsionado lo que tengo, pero definitivamente no tenía altas expectativas en absoluto. Yo solo quería aprender y estar preparada para una inserción en la vida laboral monótona contemporánea. Asumía que la mayoría de los conocimientos específicos debería conseguirlos yo por mi cuenta y no esperaba un trato especial por la formación superior que recibiría. Entendía que a una empresa le importa más tu competencia que tus papeles en muchos de los casos y que era probable que, pese a mis 4 años de estudio, valiera menos que un técnico de formación media que llevara esos 4 años trabajando bien.

Yo sabía todo eso, entendía que los trabajos de oficina son lo más abundante en las empresas de ahora y que los trabajos mejor pagados no son siempre los más emocionantes ni los más provechosos socialmente. Lo que no sabía, sin embargo, es que iba a ser una tortura burocrática, el proceso de sacarme el título universitario. ¿No es bastante todo lo que tenía en la cabeza, como para tener que golpearme con un bate de arrogancia académica?

La universidad no es divertida. Al menos, aquí, no. Son cuatro años de tortura, con profesores desinteresados en las materias que dan, realizando pruebas carentes de sentido y recibiendo resultados penosos que son vistos como «bastante buenos». Todos mis familiares me miran con pena y duda, a veces con crítica, cuando sale el tema de mis notas. Mis compañeros, cuyos resultados son mejores que los míos, no han desarrollado competencias por su cuenta en absoluto, y están completamente incapacitados para una inserción laboral de urgencia.

Hace apenas unos días, después de un examen, hablé con algunos de mis conocidos más estudiosos sobre cómo les había parecido la parte teórica. Ellos, después de estudiar múltiples días, no habían sido capaces de responder a la totalidad de las preguntas y apenas estaban seguros de menos de la mitad de sus respuestas. ¿Qué gana el docente con este tipo de demostraciones de sadismo? No es como si la información contenida en el temario tuviera una conexión real con la parte práctica, ni fuera a sernos útil en un futuro lejano. Y, sin embargo, es necesario aprobarla, un mal impuesto por la regulación universitaria, que, en su fracaso, implica repetir el examen entero en periodo vacacional.

¿Acaso el profesor gusta de malgastar papel? ¿O tal vez disfruta con la desesperación y la duda de sus alumnos? ¿Es su crueldad la externalización de deseos frustrados o de algún tipo de proyección? Realmente no lo sé. No sé cuántos de mis profesores son conscientes de su fracaso como docentes, de lo poco que trascienden sus explicaciones y de lo pronto que serán abandonados en el olvido por los alumnos que tanto torturan. Lo que sí sé, sin embargo, es que esto no tiene que ser así. Las notas de tus alumnos, cuando suspende un 50%, no son una demostración de poder ni habilidad. No eres mejor que el resto de docentes por los resultados penosos de tu grupo de carrera y mucho menos tiene que ser exclusivamente la culpa de los pobres malditos que tienen que estudiarse tus exámenes.

Hay algún tipo de distorsión mental generalizada, delusión sobre el ideal de ser un catedrático en la universidad, que hace que sean extremadamente incompetentes en su trabajo. Es muy frustrante y no soy feliz.

Creo que muchos de mis compañeros viven en una nube insensibilizada, en la que se han resignado con la realidad horrible académica que vivimos e incluso llegan a justificarla. He tenido casos de personas insultándome a un nivel personal si llegaba a juzgar el sistema en el que estábamos, sin ningún aliciente previo o problemas personales que llevaran a atacarme de esa manera. Insultan a profesores que se salen del molde desagradable y alaban a otros que no aportan nada con su presencia en el aula. ¿Les gusta besarse con este mundo desagradable en el que vivimos, incluso cuando les sale el tiro por la culata la totalidad de las veces? No considero que una persona que justifica docentes horribles tenga derecho a quejarse por los exámenes que esos mismos docentes les ponen delante de las narices, sinceramente.

Espero en el fondo de mi corazón que esto sea culpa de mi universidad y que el resto del mundo no siga este molde insostenible. Normal que hablen de desempleo de graduados universitarios, si lo que imparten en las aulas es completamente intrascendente e hiperespecífico. He perdido la fe en el sistema universitario y lo que representa.

Volver a neocities.
Thoughts? Leave a comment